Coche eléctrico o híbrido, ¿cuál cubre mejor mis necesidades y tiene el coste óptimo?
¿Son los coches eléctricos realmente funcionales y con coste de movilidad (TCM) óptimo o la opción de vehículo híbrido (enchufable o recargable) es el camino a seguir?
Las exigentes medidas anticontaminantes impuestas desde Europa y las limitaciones de acceso al centro de las ciudades por los ayuntamientos, obligan a los fabricantes a electrificar sus gamas y a ofrecer una propuesta de motorizaciones híbridas (combustión y electricidad en diferentes variantes) que permita a sus clientes a cubrir sus necesidades de movilidad.
Entre las diferentes alternativas actuales, los conductores cuentan con una oferta compuesta por coches híbridos enchufables, coches híbridos recargables y todo eléctrico.
Pero: ¿en qué se diferencian? ¿Qué tipo de coches me interesa?
Coches eléctricos (EV/BEV)
Los coches eléctricos son aquellos que están impulsados exclusivamente por uno o varios motores eléctricos. Se pueden considerar de dos tipos, según cómo almacenen la electricidad: de baterías o de pila de combustible. De estos últimos apenas hay oferta por lo que nos centraremos en los coches eléctricos de baterías.
Cómo se cargan:
Sencillos y muy fiables, los coches eléctricos convierten en movimiento prácticamente toda la energía que produce el motor.
¿Cómo se recargan las baterías? Hay que enchufarlos a la red doméstica o a un ‘Wallbox’, una instalación que permite una carga semi-rápida.
Otra opción es enchufar el coche a un cargador rápido, recomendado para momentos puntuales como puede ser un viaje de largo recorrido, ya que un uso continuado acaba deteriorando la batería.
Los vehículos eléctricos se pueden cargar a través de un tipo de recarga convencional –un enchufe doméstico de 16 amperios-, una recarga semi-rápida de 32 amperios o de un tipo de recarga rápida, con una potencia más alta.
Independientemente del tipo de recarga, también hay que hablar de modos de recarga. En la actualidad existen cuatro modos:
- tipo Schuko con toma doméstica en corriente alterna monofásica, sin comunicaciones entre infraestructura de carga y el vehículo
- tipo Schuko en pared con sistemas de función piloto incluidos en el cable
- tipo Mennekes con hilo piloto de comunicación integrado
- infraestructura de recarga con conversor a corriente continua (se aplica solo a la recarga rápida)
Diferencias entre carga convencional y carga rápida de los coches eléctricos
La diferencia entre la carga convencional y la carga rápida es que la primera se realiza con una potencia máxima entre 3,7 y 7,2 kW y la segunda a 50 kW.
El tercer elemento necesario para recargar el vehículo es el tipo de conector, es decir, el enchufe que utilizaremos para la conexión de la recarga. Existen varios tipos, con el inconveniente que no hay una estandarización según fabricantes y países:
- Schuko para enchufes domésticos.
- Conector norteamericano SAE J1772 o Yazaki.
- Conector Mennekes alemán.
- Los conectores combinados o CCS utilizados por americanos y alemanes.
- Conector Scame, utilizado por fabricantes franceses para los híbridos enchufables.
- Conector CHAdeMO, que utilizan fabricantes japoneses para la recarga rápida en corriente continua.
Fabricantes y compañías eléctricas facilitan los sistemas de carga tanto a clientes particulares como a empresas. En la actualidad se utilizan dos protocolos para la recarga rápida: el CHAdeMO que utilizan los vehículos de Nissan, Mitsubishi, Kia, BYD, Peugeot o Citroën; y CCS utilizado por BMW o Volkswagen.
¿Cuánto tardan en cargarse las baterías de un coche eléctrico?
Si utilizamos el tipo de recarga convencional o enchufe doméstico las baterías estarán cargadas en unas ocho horas aproximadamente, una buena alternativa para cargar el coche en el garaje doméstico durante la noche.
A través de la recarga semi-rápida las baterías estarán cargadas en unas cuatro horas.
Y si optamos por la carga rápida, conseguiremos un 80% de la carga en 30 minutos. Para este tipo de recarga se necesita adaptar la red eléctrica existente ya que exige un nivel de potencia muy alto.
¿Cuánto cuesta cargar un coche eléctrico?
Depende del tipo de vehículo. Si nos centramos en un turismo, el consumo medio está en unos 17 kWh/100km, lo que supone un coste de 1,55 euros cada 100 kilómetros recorridos siempre que se realice la recarga en horario nocturno con una tarifa supervalle, más económica.
En el caso de un vehículo diesel que consume de media 6 ltrs/100 km, el precio de recorrer 100 km sería de 7,89€ (teniendo en cuenta el precio del gasóleo a 1,315 €/litro).
¿Cuántos kilómetros de autonomía ofrece un coche eléctrico?
Depende del tipo de vehículo y de la batería que utilice. Las baterías más avanzadas son las de litio y permiten una autonomía de unos 200 kilómetros, aunque esta cifra empieza a aumentar y ya hay vehículos en el mercado con autonomías que rondan los 400 kilómetros sin recargar. La tecnología está desarrollándose a gran velocidad para conseguir incrementar dichas autonomías (principal desventaja de los vehículos eléctricos así como la velocidad de carga)
Cuánto tardan en cargarse:
El tiempo estimado de carga dependerá de la capacidad de las baterías del coche y del tipo de cargador. Para un coche eléctrico medio se podría cargar desde unas 10-12 horas, que se reducen a 6-8 horas con un Wallbox. En un punto de carga rápida se consigue el 80% en aproximadamente media hora. Sin embargo, la demanda energética de este tipo de puntos es mucho mayor, equivalente a un edificio de varias plantas.
Qué autonomía ofrecen:
La autonomía de los coches eléctricos viene determinada por las baterías, y aquí también ha habido una importante evolución. Los últimos coches eléctricos que están llegando al mercado ya superan los 450 kilómetros de autonomía homologada, un kilometraje que se puede ver reducido según el uso del climatizador, sistemas electrónicos, nuestro modo de conducción…
La autonomía está empezando a dejar de ser un problema para un uso urbano, aunque sigue teniendo limitaciones para afrontar un viaje de largo recorrido. En este punto, el desarrollo de una infraestructura adecuada es clave para potenciar el uso de estos vehículos
Ventajas de coches eléctricos:
Además de ser vehículos totalmente silenciosos en marcha, son agradables y fáciles de conducir, y entregan el máximo par en cuanto pisamos el acelerador ofreciendo una respuesta inmediata. Incluyen, además, sistemas de recarga para aprovechar la energía que se produce en la frenada y modos de conducción que permiten alargar la autonomía.
Los coches eléctricos se benefician de la Etiqueta Cero de la DGT que les permite acceder sin limitaciones al centro de las ciudades o circular cuando hay restricciones por contaminación. También tienen ventajas a la hora de aparcar sin coste en los aparcamientos regulados de las ciudades.
Coches híbridos (HEV)
Los automóviles híbridos, por su parte, están dotados de un motor de combustión interna –por lo general de gasolina- que se combina con uno o varios propulsores eléctricos.
Autonomía:
Los híbridos recargables funcionan como un coche convencional. No se carga desde una red eléctrica y realmente su funcionamiento en modo solo eléctrico es muy limitado, entre 2 y 5 kilómetros, si bien estas baterías se están recargando constantemente en modo de conducción normal.
Cómo se recargan los híbridos:
Mediante la gestión de la carga y la recarga de la batería con ayuda del motor de combustión y aprovechando la energía que se genera en las frenadas y retenciones.
Ventajas de los coches híbridos:
Cuentan con Etiqueta Eco y el precio para aparcar en la zona regulada es más barato, entre otros beneficios. Su consumo urbano es más reducido porque es donde más se aprovecha el modo de conducción eléctrico, se conduce de manera suave y es muy silencioso. Si comparamos los coches híbridos y eléctricos, los primeros son más baratos.
Coches híbridos enchufables (PHEV)
Se diferencian de los híbridos convencionales en que su batería es de mayor capacidad y se puede recargar en un enchufe. Al igual que los HEV, los coches PHEV están propulsados por un motor de combustión interna –normalmente de gasolina- y uno o varios propulsores eléctricos.
Autonomía de los PHEV:
Al contar con baterías de mayor capacidad que los híbridos convencionales, los PHEV disfrutan de una mayor autonomía eléctrica que puede oscilar entre los 40 y 60 kilómetros.
Una vez descargada la batería eléctrica, el motor de combustión funciona en su forma habitual, lo que nos permitirá realizar kilómetros con la limitación de un depósito de combustible convencional.
Cómo se carga la batería:
Al igual que un coche eléctrico, el híbrido enchufable se puede recargar conectándolo a una toma doméstica, un cargador tipo ‘Wallbox’ o un cargador rápido. Además, la batería se recarga de forma autónoma durante la marcha, aprovechando la frenada regenerativa y los diferentes modos de conducción.
Ventajas de los híbridos enchufables
Los híbridos enchufables ofrecen un rango de utilización que permite aprovechar su autonomía en modo eléctrico en el día a día, incluso sin necesidad de que entre en funcionamiento el motor de combustión. Además, su motor de combustión, permite viajar sin las limitaciones propias de un coche eléctrico.
También disfrutan de la Etiqueta Cero de la DGT siempre que superen los 50 kilómetros de autonomía. Comparándolos con los coches eléctricos, los híbridos enchufables son más económicos, pero, en cambio, son más caros que los híbridos.
Entonces, ¿Qué debería elegir entre coches híbridos y eléctricos?
Como hemos visto, existen los híbridos enchufables, híbridos recargables y eléctricos. Elegir entre uno y otro dependerá de si el uso será predominantemente urbano, si se dispone de toma de carga en casa o en el lugar de trabajo o del presupuesto económico (TCM Total Cost of Mobility).
Es cuestión de hacer cuentas y para esta estimación de costes de movilidad, REDEX dispone de una herramienta adecuada y de fácil manejo que incluye todos los costes a incurrir durante un uso determinado (plazo y kilometraje) del vehículo.
La siguiente imagen compara el TCM mensual de diferentes marcas y modelos a iguales plazos de utilización (48 meses y 120.000 kms).
La conclusión es que aunque el P.V.P. de los eléctricos es superior, los mejores valores residuales de mercado de los eléctricos, los costes de usabilidad (uso urbano), mantenimientos y consumos compensan ese PVP superior durante la vida de un vehículo eléctrico.
El coste por kilómetro de la tecnología eléctrica es sensiblemente inferior a sus homónimos híbridos recargables e híbridos enchufables como indica el siguiente cuadro de datos.
Es crítica la necesidad de evaluar los costes totales de movilidad (TCM Total Cost of Mobility) comparando las diferentes tecnologías de motorizaciones para hacer una elección óptima que cumpla todos los requisitos de la flota.
Adicionalmente, el desarrollo de los servicios de movilidad especializados en el vehículo eléctrico (ejemplo el servicio de asistencia en carretera con grúas adaptadas a recargas de baterías) permiten que las desventajas del vehículo eléctrico sean menores.
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